El Arca de Noé

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Margarita María Alacoque

Fuente: amigosnet

Margarita María nació en 1647, en Francia. Fue la quinta de siete hijos de un notario muy rico llamado Claudio Alacoque y de Filiberta Lamyn. Cuando tenia ocho años, murió su papá. Una de las hermanas de su papá y otros parientes se apoderaron de la hacienda donde vivían.

 

 

Le obligaron a Filiberta a entregar las llaves, alegando haber quedado de tutores de los niños y juntos administrarían la hacienda, hasta que los niños fueran mayores de edad. Mientras tanto Filiberta tendría que trabajar.
El único tío que protegía a la familia era el Padre Antonio, quien se encargó de llevar a los niños a la escuela.

Margarita sentía mucha admiración por las monjas del colegio y ellas también estaban muy impresionadas por la piedad de Margarita, siendo asi que hizo su Primera Comunión a los 9 años, cosa que no se acostumbraba.

 

 


Después de su Primera Comunión, Margarita contrajo una dolorosa enfermedad reumática.Las monjas avisaron a su mamá y regresó a casa. Margarita estuvo cuatro años en cama, pidiendo a la Virgen su ayuda. “Virgen María, si me devuelves la salud seré religiosa.¡Ayúdame¡” y la Virgen le contestaba: “No temas, yo siempre seré tu buena Madre”.

Milagrosamente empezó a curarse. Margarita sufrió mucho por el mal trato de sus tíos. Le gustaba ir al Sagrario a buscar consuelo, pero muchas veces no le daban permiso.

Un día su mamá sufrió una enfermedad que la tuvo al borde de la muerte. Margarita atendía todos los días a su mamá, dormía y comía poco para estar al pendiente de ella.

 

Lo que más le hacia sufrir, era el pensar que algún día tendría que dejarla, pues sentía claramente que Jesús la llamaba a la vida religiosa, cuando le informaron que no tenia curación, solo un milagro podría salvarla. “Jesús, todo lo permites para hacernos semejantes a ti. Si tu quieres, sálvala”.

 

Jesús permitió que Filiberta se curara y al poco tiempo regresaron sus hijos de la escuela, ya mayores de edad, por lo cual sus hermanos informaron a sus parientes que de ahora en adelante administrarían ellos la hacienda, por lo cual se podrían quedar a trabajar para ellos si así lo querían, con lo cual los parientes desaparecieron.

La felicidad volvió a la familia Alacoque. Su hermano pensó que ya era tiempo para Margarita a sus 18 años de empezar a conocer muchachos. Margarita, obediente, asistía a las fiestas pero no la hacían feliz porque prefería dedicarse a la oración.
Un día después de comulgar, en la oración, Jesús le confirmo su vocación, brindándole paz y alegría. Desde entonces decidió hacerse religiosa aunque fuera difícil.

 

 

Su hermano le regaló la dote y Margarita entró en el Convento de la Visitación de Paray-le-Monial. Cuando oyó en su corazón una voz: “Aquí es donde te quiero”. Margarita entró feliz al convento y desde el primer día pidió a la Virgen María: “Madre, enséñame a orar”.

La vida en el convento no era fácil. Uno de los sacrificios que realizó fue comer queso, cosa que le disgustaba totalmente. Al principio no podía por las náuseas que le daban y salía corriendo, pero le pidió ayuda a Jesús porque no quería que le dieran un trato diferente a sus demás compañeras. Por más de diez años ofreció esto como sacrificio.

 

 

Margarita oraba profundamente. Contaba a la Madre Superiora que olvidaba sus deberes por que se quedaba pensando en Jesús, escuchándolo y viéndolo por todas partes, por lo cual le mandaron atender la enfermería para no ser tan distraída.

Margarita pidió permiso para ir los jueves de 9 a 12 de la noche a rezar ante el Santísimo en recuerdo de las tres horas que Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní. El 27 de diciembre de 1673 cuando oraba se le apareció por primera vez el Sagrado Corazón de Jesús.

 

“Mi Divino Corazón está lleno de amor a los hombres, en particular hacia ti. Te he elegido para manifestar mi corazón a los hombres por tu medio. Esta es una prueba de mi amor. He encerrado en tu costado una chispa de las llamas de mi amor”.

 
Desde ese momento, Margarita sufrió todos los primeros viernes de mes una reproducción de la misteriosa llaga del costado, siendo asi que la Madre Superiora hizo venir a un médico.

El fuego que devoraba a Margarita por dentro lo ocasionó una fiebre continua, sintiéndose confundida por tanto dolor, pero el médico no encontró ningún mal.Margarita pidió a Jesús su curación y Él le devolvió su salud.

“Pida a Dios su curación, de esta forma sabremos que viene de Dios”. Nuestro Señor le pidió a Margarita que comulgara todos los primeros viernes de mes y los jueves te levantaras, de once a doce de la noche para ofrecer una hora santa y rezar pidiendo por los pecadores.

 

 
Jesús le había prometido a Margarita que su obra triunfaría a pesar de los obstáculos. Esta promesa empezó a cumplirse cuando le envió al jesuita Padre Claudio Colombiere. En cuanto este santo sacerdote habló con Margarita, pudo ver su santidad y creyó en sus revelaciones. Ante el juicio del Padre Claudio, quien era reconocido por su sabiduría, la Madre Superiora pudo por fin descansar.

La madre Margarita confeso al Padre Claudio que el Señor le había dicho que hablara abiertamente con el sin ningún temor y que consagrara su corazón. El Padre Claudio le pidió que escribiera todo lo relacionado con sus revelaciones. Jesús en una de sus revelaciones le pidió que se estableciera una fiesta en honor a su corazón que tanto ha amado a los hombres.

 

 
El 16 de octubre de 1690, a los 43 años, Margarita recibió la ultima comunión y murió. Cuando una religiosa desató la cinta que tenía en la cabeza, esta olía a rosas frescas, el olor a la santidad. Margarita fue canonizada en 1920. Gracias a ella se difundió mucho por todo el mundo la devoción al Sagrado corazón de Jesús.
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